Una parte importante de quienes tienen acceso por un año o más tiempo a estos préstamos, ven mejoras en sus condiciones de vida.
3,3 millones de usuarios de microcrédito hay en Colombia.
Los microcréditos son uno de los instrumentos para que más personas puedan salir de la pobreza. De hecho, hay una proporción importante de usuarios pobres que logran salir de esta condición tras acceder a este tipo de préstamos por un año o más tiempo.
Este fue uno de los temas discutidos ayer durante el Congreso de Asomicrofinanzas, que se realiza en Cartagena.
De hecho, un estudio sobre el impacto de las microfinanzas, presentado ayer por Dairo Estrada, investigador principal del Banco de la República, señala que en los últimos años ha disminuido la participación de personas en situación de pobreza en el total de usuarios de microcrédito. Para dar una idea, el año pasado las personas pobres de áreas rurales representaban el 8 por ciento, comparado con el 32 por ciento de participación que tenían hace cinco años.
Esto se debe en parte a que muchos de los usuarios pudieron salir de la condición de pobreza. De hecho, el estudio señala que, de quienes recibieron un microcrédito en el 2013, el 24,6 por ciento salió de la pobreza al año siguiente, y el 19 por ciento lo hizo en los dos años siguientes.
Y es que más allá de permitir que mejoren su nivel de ingresos y utilidades del negocio, el efecto se ve reflejado en el empoderamiento de las mujeres, en la educación de los hijos, en el consumo de bienes durables, en el acceso a servicios de salud y control de enfermedades, así como en la perspectiva de planeación de largo plazo.
Actualmente, en Colombia hay 3,3 millones de usuarios de microcréditos. Solo entre enero y mayo de este año, los desembolsos aumentaron 3,1 por ciento, a 2,8 billones de pesos, con lo cual el saldo de cartera ya superó los 14 billones de pesos.
Entre tanto, el superintendente Financiero, Jorge Castaño, señaló que si bien la inclusión financiera ha aumentado considerablemente, aún faltan casi 7 millones de personas, y la gran oportunidad se da en las zonas rurales, en donde las microfinanzas tienen un gran espacio.
Además, dijo que en medio de la transformación digital que experimenta el sector, las microfinancieras tienen grandes ventajas, pues no solo la tecnología es un instrumento clave para la inclusión, sino que además estas entidades tienen mejor conocimiento de los clientes.
Durante el evento, Miguel Ángel Charria, presidente de Bancamía y del Consejo Directivo de Asomicrofinanzas, insistió en que es necesario simplificar algunos de los procesos que realiza la banca de segundo piso (particularmente Bancoldex y Finagro), que están representando altos costos para las entidades microfinancieras.
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