Nació en 1998 de la mano del gobierno de Andrés Pastrana como un impuesto de carácter temporal para llenar las arcas públicas en medio de una profunda crisis hipotecaria y financiera, pero el 4×1.000, uno de los tributos transitorios más controvertidos, lleva 18 años gravando los movimientos financieros de los colombianos.
Cuando por fin tenía fecha de caducidad, (en 2018 iba a comenzar un desmonte gradual), la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria recomendó mantenerlo en la próxima reforma tributaria debido a su fácil recaudo.
“En 2015, se percibieron $6,7 billones por el gravamen a los movimientos financieros (GMF) y, en lo corrido del año hasta julio, lleva $4 billones recaudados. La comisión propuso mantener el 4×1.000 con la tarifa actual y que se aumente el porcentaje de deducibilidad de este tributo a 100%”, explicaron a LR miembros de Asobancaria.
Ahora, el interrogante para las entidades financieras es qué hacer con un tributo que ha ayudado a estimular el uso del efectivo y constituye una barrera para lograr el gran reto de la bancarización nacional.
“Deberíamos tratar de eliminar el 4×1.000 para las transacciones bancarias y solamente dejarlo para los retiros en efectivo que superen un monto de unos $5 millones al mes, con el fin de proteger a las personas de menores recursos sin que se incremente el valor de este 2%”, declaró Santiago Perdomo, presidente de Colpatria.
Por su parte, Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia, manifestó que el 4×1.000 se debería revisar en la reforma pues es un tributo que “promueve el uso del efectivo y, por lo tanto, es una informalidad”.
En el caso de mantenerlo, Javier Hoyos, especialista en gestión legislativa e impuestos, abogó porque las autoridades revisen la tarifa del impuesto. “Este impuesto es inequitativo, entre otros, porque solo grava a los usuarios del sistema financiero, lo que hace que no aumente la bancarización en los términos deseados. Si se mantiene, debería revisarse su tarifa; así, en lugar de ser del 4×1.000 con deducción (la cual solo pueden aplicar los que declaran renta), podría ser del 3×1.000 sin deducción, tarifa con la cual el recaudo sería el mismo de ahora”, manifestó el experto.
Llegados a este punto, algunos se cuestionan cómo reemplazaría el Gobierno este tributo. Según Gustavo Cote, exdirector de la Dian, se trata de una tarea difícil pues el panorama fiscal actual es muy complicado por la pérdida de las rentas petroleras.
“El margen de acción es complejo. Las opciones de compensación del tributo tienen el obstáculo de compensar toda la recaudación perdida. Subir el IVA tres puntos no van a dar más de $7 billones”, explicó Cote, quien opinó que el 4×1.000 a retiros sería una solución intermedia para no perder el recaudo y desestimular el uso del efectivo.
Hace unos días, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, anunció que el proyecto de la reforma será presentado al Congreso en la segunda semana de octubre, fecha en la que se despejarán las dudas sobre la continuidad de este tributo.
Los casos en los que el cobro del impuesto no aplica
Algunos impuestos, como el 4×1.000, han sido un freno para que las personas manejen sus recursos a través del sistema financiero. No obstante, según el artículo 879 del Estatuto Tributario, existen 28 exenciones. Una de ellas es en los retiros efectuados de las cuentas de ahorro que no excedan mensualmente 350 Unidades de Valor Tributario (UVT), para lo cual el titular de la cuenta deberá indicar ante el establecimiento de crédito, que dicha cuenta será la única beneficiada con la exención.
http://www.larepublica.co/banqueros-piden-que-el-impuesto-4×1000-sea-solo-para-retiros-en-efectivo_421406