El monto de las exportaciones petroleras es significativo dado que el país terminó con un déficit comercial total de casi US$16.000 millones.
Difícilmente el comercio exterior de bienes justificaría una tasa de cambio menor a $3.300. ¿Cómo podrían los riesgos mundiales entorpecer la recuperación de la producción industrial y cuál es tamaño del reto productivo del país?
La volatilidad del precio del petróleo es la más alta desde la crisis financiera internacional de 2008-2009, con ello los mercados reconocen la enorme incertidumbre que hay sobre para dónde va el precio una vez ha regresado a los niveles similares a los de 2003. Para Goldman Sachs viene un periodo de precios entre US$20-US$40 el barril (un aumento o una caída del 33% sobre los precios recientes). El asunto sería menos complejo sino es porque la evolución del precio está afectando el desempeño económico y financiero mundial.
Pero no es la única trascendental y profunda incógnita. También hay poca claridad sobre cuándo y dónde se estabilizará la economía China y si la fuerte salida de capitales, que ha significado una caída de más de US$700 mil millones de reservas internacionales (en un país con una balanza comercial de bienes enorme), no generará una fuerte devaluación de yuan. Los pronósticos de la pérdida de valor de la moneda china pueden ir desde 8% hasta casi 30%.
El asunto no sería tan fulminante sino es porque China es la economía que más ha aportado al crecimiento mundial, al desempeño de los precios de la mayoría de materias primas, y es el principal encadenamiento de Asía y la mayoría de economías emergentes por ser la fábrica industrial del mundo.
Todo esto cae sobre las perspectivas de la economía colombiana por varias vías y explica el llamado de disciplina que hizo Standard&Poors con la perspectiva negativa sobre el riesgo país Colombia.
Por un lado, las exportaciones de combustibles terminaron en 2015 siendo el 53% de las exportaciones totales, sumando US$18.000 millones, aún después de la caída del 47,5% durante el año.
El monto de las exportaciones petroleras es significativo dado que el país terminó con un déficit comercial total de casi US$16.000 millones. Si los peores pronósticos llegaran a cumplirse implicarían una caída del precio otro 46% frente al 2015 o eventualmente llevar el déficit hasta US$25.000 millones.
Por otro lado, porque el aumento de la tasa de cambio en 2015 no se percibió en el crecimiento de las exportaciones sin combustibles. Terminaron cayendo 10,7% el año pasado sin presentar crecimientos con ninguno de los bloques comerciales con los cuales tiene acuerdos firmados el país. Lo más angustiante es que hubo un mayor deterioro en la medida que la tasa de cambio iba aumentando. A marzo del año pasado las exportaciones sin combustibles apenas caían 2,9%.
El asunto deja al descubierto una gran realidad más allá de la tasa de cambio. El monto de las exportaciones industriales de 2014 es casi idéntico al de 2007 o el crecimiento promedio anual del valor de esas exportaciones entre 2008 y 2014 fue de 0%. Posiblemente tan mal desempeño se explica por la crisis industrial tanto global como local en el periodo de post-crisis mundial. También obedece a la baja competitividad y el costo país que tanto se ha documentado sobre Colombia.
Estas cifras ayudan a comprender cómo con una tasa de cambio tan devaluada las exportaciones industriales cayeron 18% en 2015.
Comercio exterior de bienes industriales en Colombia
Fuente: Datos Dane, construcción Dinero
Aunque las importaciones industriales cayeron casi US$9.800 millones o 16% en 2015, la industria explica el insostenible déficit comercial de bienes que tiene Colombia. Lo que ha hecho la caída del precio del petróleo, al disminuir el superávit petrolero, es dejar en evidencia esa realidad. Pero reducir ese déficit continuará siendo una prioridad y un determinante para la tasa de cambio. El país avanzó reduciendo el déficit industrial un 20% en 2015 pero los -US$35.600 siguen estando muy por encima de los -US$11.800 millones de déficit de bienes industriales que había antes del comienzo de la bonanza petrolera en 2007.
El problema comercial de bienes también es difícil de superar dado que el 46% obedece al déficit con China, el 31% al que tenemos con Estados Unidos y el 12 con Europa. Con los tres, la balanza comercial se hizo más negativa en 2015. Esto obedece a que lo que Colombia les vende es poco sensible a la tasa de cambio. Es por lo mismo que un ejercicio teórico de Goldman Sachs sugiere que la tasa de cambio de equilibrio que haría la cuenta corriente de Colombia fuese sostenible a través de corregir el desbalance del comercio bilateral se ubica cerca de los $5.700 por dólar, o un 69% mayor al de los últimos días.
Los colombianos tendremos que encomendarnos al “divino chino”, pidiendo por que los riesgos externos no se materialicen, y que con el recorte fiscal anunciado por el gobierno, las tasas de interés y la inflación se atenúen de forma que el 64% de la producción industrial que ya crece y va en ascenso no se vea amenazada o más bien pueda acelerar el proceso de sustitución de importaciones que empieza a destacarse en las últimas cifras.
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