Cuando se trata de identidad nacional, no sólo por costumbres, por gustos o por cultura los colombianos comparten ciertas características, sino también, a nivel financiero. ¿Cuál cree que faltaría aquí?
Así, hay ciertos hábitos que pueden ser considerados como únicos en aquellos que nacieron o crecieron en Colombia y que personas de otros países pueden llegar a considerar como extraños o raros, dependiendo de la forma en la que lo interpreten.
1. En los negocios
El rebusque, las ventas informales y el deseo permanente de querer tener negocio propio, es decir, el emprendimiento, es una característica distintiva de los colombianos que, dado el contexto económico en el que puede ser complicado encontrar empleo, siempre habrá una alternativa para encontrar una fuente de ingresos.
Claro, las personas de otros países también pueden tener muy latente este interés (especialmente los mexicanos con los que siempre se debate el primer lugar Colombia, de Latinoamérica) pero es la creatividad, la proyección y el aprovechamiento de las condiciones, lo que diferencian a los colombianos de las otras naciones.
2. Durante las compras
Una de las principales costumbres al momento de hacer compras, especialmente las informales, es solicitar descuentos o “rebajas”: ya sea pagando entre el 5% o 10% menos o dependiendo de la cantidad de objetos o el número de servicios que se hayan solicitado. El Huffington Post describe en una de sus publicaciones que esta es una de las tradiciones principales cuando se compra cualquier cosa.
Y aunque no siempre sucede, entre las familias puede ocurrir que, cuando alguien no pide el descuento, se le considera como “dormido” ya que, entre colombianos, siempre habrá una opción de tener precios más bajos. Además, esto fortalece las habilidades de negociación que se pueden poner en práctica en cualquier momento de la vida.
3. Luego de las compras
Muy relacionado con lo anterior, existe otra palabra particular que también se puede compartir en los países vecinos: “la ñapa”, quizás poco conocidas para culturas extranjeras, siempre se menciona la palabra cuando se quiere tener una especie de gratificación luego de haber hecho una gran compra. Incluso, etimológicamente, Lexicoon la traduce como “añadidura”.
Este es un concepto que quizás las nuevas generaciones aún no han adaptado pero que las antiguas pueden tener muy arraigado. Además, se solicita no solo como una forma de obtener “un poco más” de lo adquirido, sino también de generar empatía con el comerciante.
4. Al solicitar un producto o servicio
Hay una expresión bastante particular que permite diferenciar a cualquier colombiano, especialmente aquellos provenientes del interior, cuando dicen “regáleme” antes de pedir cualquier producto o servicio para comprar, como también lo destaca el Hunffington. Claro, esto no significa que esperen que el comerciante lo ofrezca de forma gratuita sino que, sencillamente, es una forma de pretender ser amable y “entrador” con la persona.
Así, en otros países, esto puede ser considerado como una ofensa porque se cree que el colombiano realmente quiere algo de forma gratuita por lo que, lo más conveniente, es dejar la expresión solamente en el interior del país.
5. Los ahorros
La confianza en los bancos se ha visto deteriorada por las distintas situaciones que muchos colombianos han vivido ya sea por las crisis económicas o porque aún hay un desconocimiento a la hora de seleccionar los productos más convenientes en los que se eviten cobros. Es por eso que, de Suramérica, Colombia es uno de los países que aún sigue confiando bastante en “el colchón” o en cualquier rincón escondido de la casa, para dejar el dinero.
Hasta ahora, los más jóvenes son los que le están apostando a encontrar nuevas opciones para ahorrar y para invertir, cambiando un poco la tendencia que se ha establecido y adquiriendo nuevas costumbres financieras al respecto.
6. En la comida
Existen tradiciones muy arraigadas a la dieta de los colombianos y es por eso que el arroz así como el maíz y el café son productos que hacen parte de la canasta básica de alimentos. No en vano a nivel mundial se reconoce al país como uno de los principales productores y consumidores de café así como por la frase “almuerzo que no lleve arroz, no es almuerzo” y el maíz es la base de otros grandes productos.
Entonces, cuando suceden crisis de producción en estos alimentos, los precios se alteran pero las dietas, por lo general, se buscan mantener, así sea con cantidades menores. Siempre habrá presupuesto para que estos productos nunca falten ni se sustituyan.
7. En las enfermedades
A la hora de estar enfermo, la creatividad de los colombianos es bastante amplia, especialmente porque se recurre a la sabiduría tradicional “de las abuelas” antes de ir al médico. De hecho, dependiendo de las dolencias y del nivel socioeconómico, hay una gran resistencia a asistir a los especialistas.
Es por eso que siempre habrá cualquier remedio elaborado con productos naturales con los que se busca mejorar, antes de ir al doctor. En efecto, muchos de ellos terminan siendo bastante útiles a la hora de tratar un resfriado o un leve dolor de estómago.
8. En las calles
Como parte también del rebusque, en Colombia se ha vuelto tradicional el negocio de la venta de minutos en las calles, un negocio que no es muy desarrollado ni conocido en otras naciones, como lo explica Colombia Reports. Esto resulta algo muy atractivo y llamativo para los extranjeros.
Se trata un negocio que está dado porque más del 90% de los colombianos usan telefonía celular prepago y que, cuando no se tiene el dinero suficiente o el medio para hacer recargas, siempre se recurre a estos negocios. Incluso porque, para muchos, puede salir mucho más económico.
9. Con el tiempo
Ya sea para los negocios o para los trabajos, la impuntualidad es un mal hábito arraigado en la mayoría de los colombianos. Es por eso que la frase “en 5 minutos estoy llegando” es reconocida como colombiana entre los países latinoamericanos. Pero esto es una gran desventaja que ha hecho que muchos pierdan negocios o dejen una mala impresión ante los extranjeros.