El servicio de transporte de Uber estimula el uso de tarjetas de crédito, atrae consumo e ingresos al sector financiero.
Sin embargo, con la aparición de las aplicaciones móviles, como Uber, las tarjetas de crédito se convirtieron en un pase de acceso a un sin número de servicios digitales.
Uber ha crecido notablemente. Una publicación en el portal web de Semana identificó que: desde su fundación hace 5 años, Uber ya atiende a más de 323 ciudades, cuesta US$ 40.000 millones y cuenta con más de 10.000 conductores en Colombia.
Tal como se necesita gasolina para usar un carro, también se necesita una tarjeta de crédito para utilizar el servicio de esta empresa de tecnología.
Acceder al servicio de la compañía implica 2 condiciones. En primer lugar, tener un dispositivo inteligente para instalar la aplicación. Y en segundo lugar, cupo disponible en una tarjeta de crédito.
Para finales de junio, según el reporte de tarjetas de crédito y débito de la Superintendencia Financiera, había un poco más de 13 millones de tarjetas de crédito vigentes que correspondían a $21 billones en la cartera de los bancos.
Teniendo en cuenta los mismos datos para 2014, en el último año aumentaron en 7,5% la cantidad de tarjetas y 10,5% los saldos de cartera.
A este ritmo no sería raro que la cantidad de tarjetas de crédito se duplique en 10 años, crecimiento que estaría favorecido en parte de la necesidad de los usuarios por acceder a servicios como Uber.
Costos colaterales
Y es que no solo por el aumento en el número de tarjetas de crédito emitidas es que se benefician los bancos. Los pagos por intereses al adquirir estos servicios también son una fuente de ingresos para el sector.
Entonces, por ejemplo, con esta tasa un servicio de Uber que tuviese un costo de $20.000 generaría intereses de hasta casi $8.500 pesos en 3 años.
Si suponemos que en Colombia cada uno de los 10.000 conductores de Uber hace al menos 4 carreras de $20.000 y que los clientes difieren los pagos a 2 años, entonces se generan $217 millones diarios para el sector financiero ($ 5.448*10.000*4 = $217 millones).
Y si así sucede durante 300 días hábiles del año (incluyendo sábados), entonces resultan un poco más de $65.000 millones al año.
Repitiendo lo anterior, pero suponiendo que se difieren a 3 años, entonces resultan un poco más de $101.000 millones al año.
Y si suponemos que por lo general se difiere a 1 año, lo que recibiría el sistema financiero es cercano a los $3.024 millones al año.
Sin embargo, con este tipo de consumo considerado de bajo monto es viable que las personas lo paguen en el siguiente mes de haber tomado el servicio, en este caso el sistema financiero recibiría $614 millones al año.
Otra opción menos rentable para los bancos es cuando los consumidores se comunican con la entidad y solicitan que sus consumos sean rediferidos a un solo pago, transacción que en la mayoría de establecimientos bancarios no genera intereses.
Lo anterior ofrece una medida aproximada de lo que significan las dimensiones del ingreso que percibe el sector financiero por prestar el servicio de financiación a Uber.