Según el Banco de la República, aunque hay evidencia de que la actividad económica durante el segundo trimestre del año se habría expandido a un ritmo similar al de los primeros tres meses de 2015, diversos factores podrían condicionarla a un crecimiento más lento.
Por ello, el emisor prevé que el crecimiento anual del PIB durante el segundo trimestre se situé entre el 2% y 3,5% siendo la cifra más probable alrededor de 2,7%. El tamaño del rango de pronóstico se debe a la incertidumbre del futuro comportamiento de factores como el consumo del Gobierno o la inversión en obras civiles.
La razón, es que varios de los riesgos que se previeron durante los primeros meses del año se han materializado. Los principales socios del país han experimentado una debilidad mayor a la pronosticada al mismo tiempo que los mercados financieros internacionales mostraron sus caídas aumentando aún más la incertidumbre.
La inversión extranjera se aleja
Entre enero y marzo se registró una menor entrada de los flujos de capital por Inversión Extranjera Directa (IED) la cual disminuyó 25,9% especialmente la destinada al sector petrolero (-22,6%). Se espera que para el resto del año los recursos de la IED sigan reduciéndose gracias a la desaceleración mundial y un aumento paulatino de las tasas de interés por parte de la FED.
En total, se espera una reducción de también 25,9% anual para el resto del año en estas inversiones extranjeras.
El consumidor aún no se muestra cómodo
Para el consumo el asunto es un poco más delicado. Las ventas minoristas de vehículos se contrajeron 12,9% en mayo, una cifra más negativa que la del primer trimestre cuando cayó 6,7%.
A su vez, el comercio al por menor creció 2,7% en mayo, cifra menor al promedio del primer trimestre de 5,5%.
El desempleo también puede explicar lo que está sucediendo con el mal comportamiento que está presentando el consumo privado. La caída del desempleo está reduciéndose mientras que la creación de nuevo empleo está también desacelerándose. Al observar mejor la tendencia parece que el desempleo está llegando a su piso y volvería más adelante a aumentar.
Aunque algunos sectores como el hotelero o el comercio continúan en repunte, un menor dinamismo en los gastos del gobierno en la construcción y un menor desempeño en la industria manufacturera están opacando la creación de nuevo empleo.
A pesar de todo, hay indicios de que la caída del consumo de los hogares puede ser de menor magnitud. Según la Encuesta de Opinión del Consumidor de Fedesarrollo, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) en promedio para el segundo trimestre fue similar al calculado para el agregado de los tres primeros meses.
La industria no levanta cabeza
La industria se contrajo 3,9% en mayo según datos del Dane demostrando la fragilidad de este sector ya que en año corrido se sitúa en -2,6%. Si se le excluye la refinación de petróleo la caída es levemente menor al ser -3,7% y -0,3% en el corrido. La tendencia de la industria total indica que continua el retroceso y sin la refinación del hidrocarburo un claro estancamiento.
Para las exportaciones industriales la historia no fue diferente. Cayó 6,4% en su valor en dólares y 0,75 en los volúmenes exportados durante abril y mayo. Lo más probable es que el efecto continúe ya que la principal causa de este bajo desempeño externo es el bajo rendimiento de las exportaciones no tradicionales afectadas en su mayoría por la desaceleración de los socios comerciales del país y los pronósticos de su crecimiento no son los más alentadores.
El gasto en bienes de capital también se habría desacelerado en el segundo trimestre. Las importaciones de equipo de transporte y de bienes de capital para la industria se redujeron 22,1% en (dólares para evitar efectos cambiarios) entre abril y mayo.
El clima empresarial tampoco muestra su mejor cara
La encuesta de opinión empresarial de Fedesarrollo demostró que aunque los indicadores de pedidos y existencias mejoraron levemente al mirar la tendencia de estos no hubo cambios significativos a lo observado hace 3 meses. También, según la Encuesta de Opinión Empresarial de la ANDI la utilización de la capacidad instalada estuvo por debajo del promedio histórico y el clima de negocios muestra leves mejorías.