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Se debe trabajar más en pensiones e impuestos”, señala Roberto Junguito


Roberto Junguito Bonnet (1943) fue el ministro de Hacienda de los gobiernos de Belisario Betancur y de Álvaro Uribe. Durante ambas carteras dejó sólidos pilares de lo que hoy es la economía colombiana. Con Betancur capoteó la peor crisis de la deuda en los años 80, mientras con Uribe pudo rescatar la resquebrajada economía heredada de las crisis de los años finales de la década de los 90. Es de los pocos tecnócratas (en el mejor sentido de la palabra) que sorteado bien las lides que representa construir políticas públicas como ministro, pero también como directivo gremial en la SAC y en Fasecolda. Su paso por la cartera de Agricultura durante la administración de Betancur también fue clave en la estructuración de la actual institucionalidad agraria.

Es amigo del proceso de paz y considera que gran parte del dividendo económico de un eventual posconflicto se empezó a construir en los tiempos de Uribe, y es más: cree que ese dividiendo ya lo estamos experimentando. Es un optimista confeso que solo ve buen futuro para el país.

¿Cómo ve la economía para este segundo semestre?
La caída de los precios del petróleo ha golpeado la economía y eso se está evidenciando. Las últimas encuestas de Fedesarrollo muestran reducciones. Uno diría que las previsiones del crecimiento económico han ido a la baja: hablábamos de que en 2015 iba a crecer 4,5%, después 4%, luego 3,5% y ahora estamos cerca de 3%. Hay un problema fiscal en el sentido de que los ingresos públicos no están creciendo tanto porque la economía no crece y porque dependemos demasiado del petróleo. Vemos también que hay problemas en el frente externo de la economía con el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pago con relación al PIB. El descuadre entre exportaciones e importaciones de bienes y servicios con relación al tamaño de la economía, es muy amplio y es el más alto entre los países de América Latina. El desempleo que había venido mejorando, la semana pasada se dio la cifra donde desmejora. Se podría decir que ese es el lado pesimista de los indicadores.
¿Cuál es el lado bueno?
El crecimiento, aunque sea  apenas de 3%, es mucho mejor que el resto de América Latina, sobre todo de los países grandes que registran crecimiento negativo. Uno podría decir las finanzas públicas se están deteriorando, pero Colombia tiene una regla fiscal y esquemas que garantizan que el sistema de las finanzas públicas se va a mantener sólido. Además existe la comisión tributaria y Colombia siempre ha respondido cuando hay problemas tributarios. Hay que hacer los ajustes que tocan, ya sea por el lado de  elevar los ingresos o bajar los gastos y hay esa tranquilidad. Que la inflación esté por encima de las metas del Banco es cierto, pero cuando uno ve se debe a factores transitorios como es el aumento de los precios de los alimentos que se tienden a corregir. Pero en general el esquema para controlar la inflación está muy bien montado y hay independencia del Banco de la República.
Entonces es más agridulce…
Está agrio, pero tenemos las políticas que lo ayudan a mejorar. Veamos el tema externo con un déficit en cuenta corriente: Colombia tiene buenas reservas internacionales; tiene una tasa de cambio flexible desde 1999 que hace que si cae el petróleo inmediatamente salga la señal de una mayor depreciación de la tasa de cambio para estimular otras exportaciones y frenar importaciones. Y en ese sentido veo que tenemos acceso a los mercados internacionales de capitales, la imagen de Colombia es muy buena internacionalmente. Mi conclusión es: primero, sí, la economía está declinando; segundo las políticas de respuesta a esto son positivas: el Pipe 2.0.
¿Llegó un poco tarde el Pipe 2.0?
Es  un mensaje ante todo político, de darle confianza al país y decir que esto no va para el desastre. Yo no lo he estudiado en detalle, pero digamos son mecanismo de ver como se reactiva la inversión y siento que el Gobierno ha hecho las políticas de respuesta que se necesitan, lo más importante cuando uno mira de 2015 en delante es la estrategia de las 4G, de la infraestructura vial, que está funcionando bastante bien.
¿Pero la infraestructura es un tema a muy largo plazo?
En el curso de los próximos quince o veinte días van mostrarse resultados de cierres financieros de varios de los proyectos. Yo siento que Colombia fue afortunada ante la caída de los precios del petróleo, pues ya estábamos desarrollando una política contracíclica de fondo. Es una época mala para la economía, pero estaba relativamente fuerte. Tiene montada las instituciones económicas que corresponden y estamos respondiendo como se debe ante los problemas.
¿Y a largo plazo como nos ve?
En general siempre he sido optimista sobre Colombia y me han tocado épocas difíciles como fue la crisis de los 80 de América Latina. Tuve que enfrentar tiempos complicados en situaciones mucho más difíciles de la economía que la de este momento. Las reservas internacionales son robustas en comparación con la época de Belisario Betancur, cuando solo teníamos oro sin refinar. No existían los esquemas de regla fiscal; teníamos devaluación gota a gota. Hoy en día tenemos instituciones económicas mucho más fuertes. La situación de la economía es mucho mejor. Yo no puedo sino ser positivo: si pudimos enfrentar con éxito las crisis difíciles, como las de los 80 o la de 1999, ahora estamos mucho mejor preparados para enfrentar el bajonazo de la economía mundial y veo a la economía colombiana con mucho optimismo.
¿Si fuera ministro de Hacienda en este momento qué haría?
Creo que se tiene que trabajar más en mejorar el esquema de pensiones. Los beneficios económicos periódicos, que surgieron en el Gobierno de Uribe con el ministro Carrasquilla, eso es algo muy positivo pero creo que se puede apoyar a que una proporción muchísimo mayor de los colombianos pueda tener un retiro digno. En el tema impositivo se ha creado la comisión tributaria y hay que poner en práctica varias de sus recomendaciones. Se deben ir adoptando medidas tributarias que vayan surgiendo de la comisión de manera inmediata. En pensiones hay que ir adoptando las medidas que se necesitan, es decir, ir respondiéndole al país en todos los frentes a medida  que la economía mundial lo vaya exigiendo.
¿Le gusta lo que ha hecho Cárdenas? 
Creo que lo ha hecho bastante bien. El Ministro ha tenido, y esto ha sido casi una tradición de los ministros de Hacienda, que discute abiertamente los problemas de Colombia en los foros de los economistas.
¿Qué papel juegan los diálogos de La Habana en la economía?
Las bases de la economía son muy fuertes. La paz tiene un dividendo de crecimiento económico que ya lo hemos recibido. Parte del crecimiento desde la época de Uribe se debe a un dividendo político de la paz. Lo importante es saber cuáles son las implicaciones en términos de las políticas que van a surgir de La Habana y las exigencias que surjan del proceso. Esa es una incertidumbre, pero muy beneficiosa para la economía.

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